miércoles, 3 de noviembre de 2010

METAFISICA ES FISICA PURA

Por Bárbara Ann Brennan

El punto de vista científico de la realidad apoya la idea de que estamos compuestos por campos energéticos y va, de hecho, mucho más allá, hasta alcanzar reinos que justamente estamos empezando a experimentar, es decir, nos lleva a una visión holográfica del universo. En este universo todas las cosas están interconectadas.

LA FÍSICA NEWTONIANA.
Se extendió al siglo XIX para describir un universo compuesto fundamentalmente por bloques denominados átomos, a su vez, estaban formados por objetos sólidos, un núcleo de neutrones y protones, con los electrones girando en torno a dicho núcleo en forma muy parecida al desplazamiento de la tierra alrededor del sol. Todavía no se conocían las interacciones energía- materia, como sucede cuando la radio interpreta música en respuesta a ondas invisibles.
La perspectiva Newtoniana resulta reconfortante para quienes prefieren considerar el mundo como algo sólido y en gran medida inmutable, con una serie de reglas bien definidas que regulan su funcionamiento. Gran parte de nuestras vidas se siguen rigiendo por la mecánica newtoniana.
Es fácil considerarnos a nosotros mismos como elementos mecánicos e ignorar la experiencia humana interna, más profunda.

LA TEORÍA DEL CAMPO.
El descubrimiento e investigación de los fenómenos electromagnéticos condujeron al concepto del campo. Se define éste como la condición en el espacio que tiene potencialidad para producir una fuerza. Cada carga crea una “alteración” o una “condición” en el espacio circundante de manera que la otra carga, cuando está presente, siente una fuerza. Así nació la concepción de un universo lleno de campos que crean fuerzas mutuamente interactivas. Se contaba por fin con un marco científico con el que podía empezar a explicar nuestra capacidad para afectarnos mutuamente a distancia por medios que no sean la palabra o la vista.
Estamos empezando a admitir que nosotros mismos estamos formados por campos. Notamos la presencia de otras personas en una habitación sin oírlas ni verlas (interacción de campos); hablamos de buenas o malas vibraciones, de enviar energía a otros o de leer los pensamientos de terceros.
Ese “saber” se puede explicar por la presencia o ausencia de armonía en nuestras interacciones de campo. Este es el principio por el cual se logrará formar la “masa crítica”.

LA RELATIVIDAD.
Albert Einstein, según su teoría de la relatividad, el espacio no es tridimensional y el tiempo tampoco es una entidad aparte, sino que ambos están íntimamente conectados y forman un continuo tetra dimensional, el “espacio-tiempo”. Por tanto nunca podemos hablar de espacio sin tiempo, y viceversa. Además no existe flujo universal de tiempo, no es lineal ni absoluto. El tiempo es relativo.
Ello significa que dos observadores ordenarán los acontecimientos en el tiempo de forma distinta si se mueven con velocidades diferentes en relación con los acontecimientos observados. Por tanto, todas las mediciones que impliquen espacio y tiempo pierden su importancia absoluta. Tanto tiempo como espacio se convierten simplemente en elementos para describir los fenómenos.
Según la teoría de la relatividad de Einstein, en determinadas condiciones, dos observadores  pueden, incluso, ver dos acontecimientos en tiempos inversos.
Todavía no hemos integrado esta parte de la relatividad de Einstein en nuestra vida, por ejemplo, cuando captamos una señal psíquica de un amigo que se haya en dificultades, comprobamos la hora y llamamos a dicha persona para ver si está bien. Cuando nos dice que no ha sucedido nada, llegamos a la conclusión de que la imaginación nos ha hecho una mala pasada e invalidamos nuestra experiencia. Esta es la filosofía Newtoniana.
Lo que vimos fue una experiencia real. Como el tiempo no es lineal, puede haber sucedido ya, o estaba ocurriendo en el momento en que lo vimos, o quizá se produzca en el futuro.
Pero el hecho de que no haya sucedido en el tiempo en el que tratamos de relacionarlo, no demuestra en modo alguno, que nuestro discernimiento sobre la posibilidad estuviera equivocado. Nuestro tiempo varía con los cambios de humor o con la experiencia por la que estemos pasando.
El continuo espacio-tiempo de Einstein indica que la aparente linealidad de los acontecimientos depende del observador. Casi todos estamos plenamente dispuestos a aceptar las vidas pasadas como vidas físicas literales que han sucedido en el pasado en un escenario físico como éste. Nuestras vidas pasadas pueden estar sucediendo ahora mismo en un continuo espacio-tiempo diferente. Muchos hemos experimentado vidas pasadas y sentimos sus efectos como si hiciera poco tiempo que han transcurrido.
Otra consecuencia importante de la relatividad de Einstein es la comprensión del hecho de que la materia y energía son intercambiables. La masa no es más que una masa de energía. La materia es simplemente energía que ha perdido velocidad o se ha cristalizado. Nuestros cuerpos son energía.
Los físicos comprendieron que la paradoja forma parte de la naturaleza intrínseca del mundo subatómico sobre el que se funda toda nuestra realidad física. Por ejemplo, se puede realizar un experimento que demuestre que la luz es una partícula, pero si se introduce en él un pequeño cambio se demostrará que la luz es una onda. De este modo pasamos a un universo basado en la dualidad de conceptos (Ley de la dualidad). Los físicos lo denominan complementariedad.

TEORÍA DE LOS QUANTOS.
Max Planck descubrió que la energía de la radiación térmica (como la de un radiador casero) no es de emisión continua, sino que se presenta en forma de discretos “paquetes de energía” denominados quanta. Einstein postuló que todas las formas de radiación electromagnética aparecen no sólo en forma de ondas sino también como cuantos. Estos cuantos luminosos o paquetes de energía, han sido aceptados como auténticas partículas. Llegados a este punto, una partícula, que es la definición más afín a la de una “cosa” ¡es un paquete de energía!
La búsqueda de los bloques fundamentales de la materia hubo de ser abandonada cuando los físicos encontraron un gran número de partículas elementales que apenas podían calificarse como cuerpos materiales. Han descubierto que la materia es totalmente mutable y que a nivel subatómico no hay certidumbre de que la materia exista en lugares definidos, sino que más bien muestra cierta “tendencia” a existir.
Todas las partículas se pueden transmutar en otras. Se pueden crear a partir de la energía y
convertirse en otras partículas.

Metafísica y la precepción subjetiva del tiempo


La Ecuación del Amor en su formulación inicial normalmente se refiere al tiempo pero opera igualmente sobre el espacio e indirectamente sobre la velocidad espacial y su inverso o velocidad temporal.
Sería bonito entender tanto la visión de la subjetividad que encarna la aceleración del tiempo como la representación de la realidad objetiva por la Ecuación del Amor en su faceta de relación entre fuerza por cada kilogramo y la energía.
Esto nos da una idea de la importancia de la correcta interpretación de las expresiones matemáticas en las que ambas facetas se pueden manifestar.
Y, al mismo tiempo, la comprensión de la necesaria coincidencia de los dos puntos de vista para cualquier instante o corte temporal dado para las variables físicas en estudio.
¡Yo he de admitir que esta parte nunca la he entendido muy bien!
Por supuesto, los siguientes párrafos no son una argumentación científica de la variabilidad de la velocidad de la luz ni de nada, sino una interpretación personal y más o menos razonable de la caprichosa percepción del tiempo, puesto que no podemos sentir directamente la variación de la velocidad de la luz al ser ésta un concepto relacional abstracto.
Desde la perspectiva subjetiva del tiempo, nuestro cerebro la aprecia cuando nuestra velocidad vital cambia y por eso sentimos los cambios en el tiempo. Extrapolando al caso de la luz, lo que creo que implica de verdad la aceleración del tiempo de la Ecuación del Amor es el cambio en la velocidad de la luz.
Claro que este cambio de percepción vital viene de nuestro interior, podría hasta tener algo que ver con las variaciones gravitatorias en el interior de los objetos y, desde luego, otros posibles aspectos totalmente desconocidos para todos nosotros y, por lo tanto, por ahora del mundo de la metafísica.

Metafísica y realidad física (parte 3).


c) Aceleración del tiempo

Al observar el juego metafísico-matemático con la Ecuación del Amor y la obtención de la gravedad en función del amor y de la energía, el tema cambia de perspectiva puesto que parece que la fórmula del amor puede tener implicaciones en la ciencia de la física y no ser un mero ejercicio de metafísica y poesía científica como era mi pretensión en un principio.
Podría ser un punto de vista subjetivo del universo, al leer la fórmula nos damos cuenta que interviene la aceleración, o mejor, la velocidad del tiempo y eso forma parte de la ficción, metafísica o realidad subjetiva. Ya he comentado que la realidad objetiva no se ve afectada en absoluto por la percepción subjetiva o relativa de los seres.
En concreto la gravedad subjetiva coincide con la gravedad objetiva siempre y cuando la velocidad subjetiva del tiempo coincida con la objetiva.
Esta reflexión sobre los seres me recuerda el siguiente párrafo de la TGECV "A pesar de este planteamiento filosófico sobre la vida, que, en última instancia, nos llevaría a suponer que todos los seres son seres vivos; normalmente, seguiré utilizando la definición de seres vivos como animales y plantas, puesto que es un término útil al hablar de genética".
Ahora, en la escala de la realidad física no tenemos ese problema, podemos referirnos al carácter subjetivo de cualquier objeto. En la medida que este carácter subjetivo pueda suponer un cambio real y premeditado en el tiempo o en la velocidad de la luz nos estaríamos encontrando con la vida misma o una de las manifestaciones más elementales del ejercicio de la libertad.
Hay que tener cuidado con la comprensión conceptual de las fórmulas matemáticas, pues alguna de ellas puede ser más metafísica de lo que se podría esperar.
Por ejemplo, la aceleración del tiempo al cuadrado en la Ecuación del Amor podría entenderse como:
  • El inverso de la aceleración normal por metro cúbico (s² / m m³).
  • Otra alternativa pudiera ser (kg / N m³) que sería la relación entre la masa y la fuerza por unidad del espacio tridimensional o volumen. Y ya sabemos que dicha relación entre la masa y la fuerza está relacionada con la velocidad y la aceleración: se trata del concepto de masa global o masa propia más masa cinética.
  • Otra más es (s s/m m³) que se podría leer como algo a lo que se añade la propiedad del tiempo, de velocidad y se le asocia un contenedor espacial tridimensional.
  • Sin embargo, parece que la interpretación física más razonable sería que (s2/m2) es el inverso de la c2 y significa la relación entre masa y energía. Y que el (1/m2) restante se refiere a una relación inversa con la constante G de la Ecuación del Amor, es decir, que el Amor por la Energía nos da la aceleración de la gravedad de forma similar a la fórmula normal de la gravedad.